En 2016, con su éxito “Ocean Eyes”, Billie Eilish dejó en claro que se convertiría en un nuevo tipo de estrella del pop: una introvertida que prefería melodías escalofriantes, ritmos variables, videos estremecedores y una actitud de juguetona crudeza. A los 17 años, la nativa de Los Ángeles, junto con su hermano y coautor, Finneas O'Connell, presentó su álbum debut, un reflejo melancólico de los espacios oscuros y misteriosos que persisten en el fondo de nuestras mentes.

Asediada y fascinada por los terrores nocturnos y la parálisis del sueño, Billie tiene una relación complicada con su subconsciente. “Soy el monstruo debajo de la cama, soy mi peor enemigo”, comentó a Apple Music. “No es que todo el álbum sea un mal sueño, es simplemente… surrealista”. Con una mezcla entrañable de angustia adolescente y experimentalismo, el disco lanzó rápida y decididamente a Billie Eilish como el avatar de una era nueva e incierta.