Ji-Yong, originario de Corea, alcanzó la fama a los 10 años cuando se convirtió en el pianista de menor edad en ganar la competencia para artistas jóvenes a cargo de la Filarmónica de Nueva York. Desde entonces, sigue floreciendo como solista y dentro de diversas orquestas. Conocidas sonatas, como “El vuelo del moscardón” y “Fantasía y fuga en do menor” de Bach, constituyen el vehículo perfecto de su impactante técnica y sus alegres juegos de ritmo. Además de estas muestras de talento, se distingue por la interpretación de composiciones de carácter un tanto más triste. En Consolación no. 3 en re bemol de Liszt, por ejemplo, hace gala de una exquisita ternura, mientras que en el Sueño de amor no. 3 da rienda suelta a un emocionante crescendo.