Andrés Calamaro: mis letras favoritas en español
Playlist - 10 Songs
Con un pie en Argentina y otro en España, Andrés Calamaro es una de las figuras clave del rock en español de todos los tiempos. Su música, sin embargo, siempre ha ido más allá del canon rockero para acercarse a géneros como el tango, las rancheras o el pop tropical bajo el prisma de un universo a veces irónico y otras estremecedor, pero siempre emocionante. Aquí, nos da un curso acelerado de lírica porteña con sus letras favoritas.
Cátulo Castillo: “La Última Curda” (Cátulo Castillo/Aníbal Troilo)
“Gran tango-canción contemporáneo, poético, metafórico y filosófico; uno de los últimos tangos inmortales, clásico entre los clásicos del último lustro del tiempo del tango; evoca la borrachera triste de amnesia, de imágenes metafóricas inolvidables como ‘la tropilla de la zurda’ (el corazón), el barro que se subleva y el bandoneón que lastima”.
Lastima, bandoneón,
Mi corazón
Tu ronca maldición maleva…
Tu lágrima de ron
Me lleva
Hasta el hondo bajo fondo
Donde el barro se subleva.
Ya sé, no me digás, tenés razón
La vida es una herida absurda,
Y es todo tan fugaz
Que es una curda, nada más
Mi confesión.
(…)
Un poco de recuerdo y sin sabor
Gotea tu rezongo lerdo
Marea tu licor y arrea
La tropilla de la zurda
Al volcar la última curda.
Cerrame el ventanal
Arrastra el sol
Su lento caracol de sueño
No ves que vengo de un país
Que está de olvido, siempre gris
Tras el alcohol.
Alfredo Le Pera: “Sus Ojos se Cerraron” (Alfredo Le Pera/Carlos Gardel)
“Esta canción de belleza y dramatismo retrata la hondura de las pérdidas viudas. La belleza en los versos y la melodía es definitiva, las metáforas hirientes y cristalinas son cumbre de la música de la primera mitad del siglo pasado. Es de una emoción arrebatadora”.
En vano yo alentaba
Febril una esperanza
Clavó en mi carne viva
Sus garras el dolor
Y mientras en la calle
En loca algarabía
El carnaval del mundo
Gozaba y se reía
Burlándose el destino
Me robó su amor.
¡Por qué sus alas tan cruel quemo la vida!
¡Por qué esa mueca siniestra de la suerte!
Quise abrigarla y más pudo la muerte
¡Cómo me duele y se ahonda mi herida!
Yo sé que ahora vendrán caras extrañas
con su limosna de alivio a mi tormento.
Todo es mentira, mentira es el lamento.
Hoy está solo mi corazón.
Homero Manzi: “Sur” (Homero Manzi/Aníbal Troilo)
“‘Sur’ es el vivo retrato de los barrios evocados en el recuerdo, los barrios de tango donde se suceden generaciones, allí donde volver. Esta canción incluye algunos de los más preciosos versos. Es el tango por excelencia posterior a Gardel. Universal”.
San Juan y Boedo antigua, y todo el cielo,
Pompeya y más allá la inundación.
Tu melena de novia en el recuerdo
Y tu nombre florando en el adiós.
La esquina del herrero, barro y pampa,
Tu casa, tu vereda y el zanjón,
Y un perfume de yuyos y de alfalfa
Que me llena de nuevo el corazón.
Sur,
Paredón y después
Sur,
Una luz de almacén…
Ya nunca me verás como me vieras,
Recostado en la vidriera
Y esperándote.
Ya nunca alumbraré con las estrellas
Nuestra marcha sin querellas
Por las noches de Pompeya…
Las calles y las lunas suburbanas,
Y mi amor y tu ventana
Todo ha muerto, ya lo sé…
San Juan y Boedo antiguo, cielo perdido,
Pompeya y al llegar al terraplén,
Tus veinte años temblando de cariño
Bajo el beso que entonces te robé.
Nostalgias de las cosas que han pasado,
Arena que la vida se llevó
Pesadumbre de barrios que han cambiado
Y amargura del sueño que murió.
Enrique Cadicamo: “Garúa” (Enrique Cadicamo/Aníbal Troilo)
“Esta canción firmada por Troilo y Cadicamo retrata con alta sensibilidad lírica (y naturalidad porteña) una fría noche de llovizna sobre el adoquinado porteño. Retrato urbano de soledad y arrebato poético conspiran para crear la canción perfecta”.
Qué noche llena de hastío y de frío
El viento trae un extraño lamento.
Parece un pozo de sombras la noche
Y yo en la sombra camino muy lento.
Mientras tanto la garúa
Se acentúa
Con sus púas
En mi corazón…
Qué noche llena de hastío y de frío
Hasta el botón se piantó de la esquina.
Sobre la calle, la hilera de focos
Lustra el asfalto con luz mortecina.
Y yo voy, como un descarte,
Siempre solo,
Siempre aparte,
Recordándote.
Enrique Santos Discépolo: “Yira Yira”
“Discépolo escribió tangos trágicos, tormentosos, valientes y graciosos. Obras inmortales que le consagraron como artista indispensable de Buenos Aires. Suyos son himnos del tango indispensables para trazar el perfil del artista y retratar una ciudad, una época y un idioma. Buenos Aires, tango y lunfardo. Yira Yira podría entenderse como callejear, dar vueltas, girar”.
Cuando la suerte que es grela,
Fallando y fallando
Te largue parao;
Cuando estés bien en la vía,
Sin rumbo, desesperao;
Cuando no tengas ni fe,
Ni yerba de ayer
Secándose al sol;
Cuando rajés los tamangos
Buscando ese mango
Que te haga morfar…
La indiferencia del mundo
-Que es sordo y es mudo-
Recién sentirás.
Verás que todo es mentira,
Verás que nada es amor,
Que al mundo nada le importa…
¡Yira!… ¡Yira!…
Aunque te quiebre la vida,
Aunque te muerda un dolor,
No esperes nunca una ayuda,
Ni una mano, ni un favor.
Atahualpa Yupanqui: “Destino del Canto”
“Este poema magistral, revela la razón y el destino del canto y compromete a cantores: los elegidos, los genuinos y los elitistas. Les advierte y llama la atención. Cualquiera que intente entender lo que es un artista debería leerlo una vez por semana”.
Sí, la tierra señala a sus elegidos.
El alma de la tierra, como una sombra, sigue a los seres
Indicados para traducirla en la esperanza, en la pena,
En la soledad.
Si tú eres el elegido, si has sentido el reclamo de la tierra,
Si comprendes su sombra, te espera
Una tremenda responsabilidad.
Puede perseguirte la adversidad,
Aquejarte el mal físico,
Empobrecerte el medio, desconocerte el mundo,
Pueden burlarse y negarte los otros,
Pero es inútil, nada apagará la lumbre de tu antorcha.
La luz que alumbra el corazón del artista
Es una lámpara milagrosa que el pueblo usa
Para encontrar la belleza en el camino,
La soledad, el miedo, el amor y la muerte.
Almendra: “Laura Va” (Luis Alberto Spinetta)
“Insólito texto firmado por un adolescente Spinetta con Almendra. Imprime lírica y muestra una madurez existencial poco propia de un joven de dieciocho años. Grabada con Almendra y muy lindo arreglo de Rodolfo Alchourron”.
Laura va
Lentamente guarda en su valija gris
El final, de toda una vida de penas
Laura ve
Unos pasos la alejan del pueblo aquel
Donde ayer jugaba al salir de la escuela
(…)
Laura va
Aunque es grande
Su vida comienza aquí
Y a la vez,
Termina la sed de su espera
(…)
La valija pesa,
Y él le ayuda a entrar en el tren
La cubre de besos
Y el sol también.
Hermética: “Gil Trabajador” (Ricardo Iorio)
“Podría destacarse algo de la sólida y patriótica obra de Almafuerte como ‘Justo que te Vas’, que cantamos en el último tramo de la gira como saludo eterno para Ricardo, la desafiante ‘Buscando mi Destino’ o la incontestable ‘Robó un Auto, pero ‘Gil Trabajador’ se lee impresa como una obra genuina y auténtica, muy directa y honesta. Manda el papel”.
Prisionero estoy en mi ciudad natal
Donando sangre al antojo de un patrón
Por un mísero sueldo
Con el cual no logro esquivar
El trago amargo de este mal momento
Mientras el mundo, policía y ladrón.
Me bautizan sonriendo, gil trabajador
Bestia humana que duermes aún
De la cuna al ataúd
Extraviada del rumbo a seguir
Por ignorar que no existe el fin
Del que escapar.
Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota: “Ji Ji Ji” (Indio Solari)
“‘Ji Ji Ji’ es la más popular de las canciones de PR y genera el pogo más grande del mundo allá donde suene. Un retrato de nocturnidad y alevosía, una polaroid de realidad e intoxicaciones, un himno de hinchadas de rock y fútbol con un código impreso para la gente del palo de la noche. Trilando la fina”.
En este film velado en blanca noche
El hijo tenaz de tu enemigo
El muy verdugo cena distinguido
Una noche de cristal que se hace añicos.
Este film da una imagen exquisita
Esos chicos son como bombas pequeñitas
El peor camino a la cueva del perico
Para tipos que no duermen por la noche.
El montaje final es muy curioso
Es en verdad realmente entretenido
Vas en la oscura multitud desprevenido
Tiranizando a quienes te han querido.
Los ojos ciegos bien abiertos.
Manal: “Casa Con Diez Pinos” (Javier Martinez)
“Es capcioso elegir una sola letra de Manal y obviar ‘No, Pibe’, ‘Jugo de Tomate’ o ‘Avenida Rivadavia’. Son el gran eslabón incierto entre el tango y el rock de autor de primera generación. ‘Casa Con Diez Pinos’ trae aires de bohemia, exalta la vida sencilla lejos del ruido como supervivencia del individuo y su entorno preciado. Es inolvidable”.
No hay preguntas que hacer
Una simple reflexión
Solo se puede elegir
Oxidarse o resistir
Poder ganar o empatar.
Prefiero sonreír
Mirar dentro de mí
Fumar o navegar
Para qué complicar.
Vivir en la ciudad
Entre humo y soledad
Sin tiempo de mirar
Un jardín bajo el Sol
Antes de mor
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