Mirga Gražinytė-Tyla: influencias
Playlist - 13 Songs
La directora lituana Mirga Gražinytė-Tyla comenzó su carrera artística a una edad temprana, pero como cantante en lugar de directora. Pasó gran parte de su infancia en los ensayos del coro de cámara profesional de su padre, Aidija, y a los seis años ya viajaba de gira con el grupo, interpretando solos. Esto explica por qué tantos temas en esta playlist, seleccionada por Gražinytė-Tyla, presentan una fuerte presencia de música coral y vocal.
El canto gregoriano, cuenta Gražinytė-Tyla a Apple Music Classical, fue “mi nacimiento en la música”. Como explica: “Mi papá y un amigo suyo obtuvieron una beca para estudiarlo en París en 1989 y llevaron esta música de regreso a Lituania”. Uno de los recuerdos más vívidos de Gražinytė-Tyla es estar “de pie en la catedral de Vilna, envuelta en la magia y el misterio del canto gregoriano fluyendo a su alrededor”. En honor a ello, ha incluido uno de sus cantos favoritos, “Salve Regina”, que solía interpretar con frecuencia.
Otro recuerdo de su infancia es escuchar a su madre tocar el piano: “Mi mamá solía practicar mientras se suponía que yo debía estar tomando una siesta… o a veces realmente lo hacía, y luego despertaba con los mágicos acordes de la Étude en sol bemol mayor de Chopin”.
La playlist de Gražinytė-Tyla también evoca al coro de su padre, con el que realizó numerosas giras. De niña, antes de decidir dedicarse profesionalmente a la música, se especializaba en artes y recuerda haber dibujado al conjunto vocal durante los ensayos o conciertos. Tiene un vívido recuerdo de haberlo hecho mientras imitaban los cantos de los pájaros en Le chant des oiseaux de Clément Janequin, pieza a la que también atribuye haber despertado su amor por la música francesa, que hoy se extiende a Poulenc. Otras dos de sus piezas favoritas del repertorio del coro Aidija eran el madrigal Sì ch'io vorrei morire de Monteverdi y “Gute Nacht”, del motete Jesu, meine Freude de Bach.
A los 10 años, Gražinytė-Tyla quedó fascinada en su primer encuentro con la ópera La flauta mágica de Mozart, en particular con la célebre y apasionada aria de exhibición de la Reina de la Noche, “Der Hölle Rache”. “Era una transmisión en directo desde el Met”, recuerda. “No tengo idea de quién interpretó de manera tan increíble esta joya de nuestra música, pero me quedé sin palabras y escuché miles de veces la cinta que había grabado de esa misma emisión”. ¿Habrá sido esta la semilla que llevó a Gražinytė-Tyla a dejar el arte y decidir dedicarse a la música? En cualquier caso, despertó en ella un profundo amor por la ópera y la encaminó en un recorrido que, con el tiempo, la llevaría a interpretar una de las grandes óperas del siglo XX que sólo recientemente ha sido redescubierta: The Passenger de Weinberg (un extracto de su grabación cierra la playlist).
El compositor polaco judío, quien huyó de los nazis a la URSS y allí se convirtió en un estrecho amigo de Shostakóvich, ha estado durante mucho tiempo a la sombra de su célebre colega soviético. Sin embargo, gracias al violinista Gidon Kremer, la música de Weinberg está alcanzando una audiencia más amplia y sumando más entusiastas de su música, entre ellos Gražinytė-Tyla, quien también ha grabado varias de sus sinfonías. En reconocimiento a Kremer, Gražinytė-Tyla incluye en esta playlist una pieza de su grabación del Quinteto para piano de Weinberg, interpretada junto al ensamble de Kremerata Baltica y la pianista Yulianna Avdeeva, obra con la que, según ella, “comenzó el verdadero redescubrimiento de Weinberg”.
Como directora, Gražinytė-Tyla destaca el arte de la dirección a través de dos figuras ampliamente reconocidas. Por un lado, Abbado, a quien atribuye haberle revelado los misterios de la Sinfonía No. 7 de Bruckner. Por otro, Toscanini, a menudo descrito como un perfeccionista implacable en su atención al detalle. Sin embargo, Gražinytė-Tyla señala de manera provocadora ciertos matices en su grabación de La traviata de Verdi: “En este gran final, a partir del minuto 3:22, escuchen lo que sucede. Sobre un bajo relativamente estable, las líneas superiores, aunque siguen conectadas con la base, cobran vida propia y, sin duda, no parecen preocuparse demasiado por ‘estar juntas’ (o al menos no como prioridad)”.
Artistas destacados
Mirga Gražinytė-Tyla: influencias incluye BiBiBiBER BAND, Schola Resupina, Ring Around Quartet y más