El pianista ruso Andrei Gavrilov tuvo un ascenso meteórico a la fama en 1974, cuando a los 18 años se convirtió en el músico más joven en ganar el prestigioso Concurso Internacional Chaikovski. Ese año se ganó el voto de confianza de su mentor Sviatoslav Richter y fue invitado a sustituirle en el Festival de Salzburgo. Desde el principio, Gavrilov imprimió una intensidad febril a sus interpretaciones, recorriendo los pasajes más serpenteantes con una mezcla de lucidez y propulsión. Las grabaciones captan a la perfección su atlético virtuosismo, ya sea en piezas de Chopin, Bach o Rachmaninoff.