Para cuando SUNMI debutaba en solitario en 2013, la joven coreana ya había pasado por todos los dramas y alegrías de una ajetreada vida artística. Proveniente de una familia humilde y con un padre enfermo, Lee Sun Mi pensó que el mundo del espectáculo era la única manera de sobrevivir y ayudar a los suyos. Tras mudarse a Seúl, fue fichada por una agencia de talentos para formar parte del proyecto Wonder Girls. El grupo fue un exitazo que pudo haber acabado en tragedia cuando sufrieron un accidente de coche en el que un vehículo chocó contra el de la banda, matando al conductor con el impacto. Tras reponerse, las chicas continuaron pero Sunmi sentía que tenía una deuda con su pasado y que debía volver a estudiar. Cuando regresó a los escenarios lo hizo convertida en una estrella pop que empezaba a coger carrerilla como si pudiera intuir que la banda se separaría cuatro años después. Cuando la ruptura se materializó, Sunmi ya estaba preparadísima para volcarse en su carrera en solitario y conquistar la cima del K-pop.