Álvaro Benito, que por entonces ya había debutado con el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, escribió las primeras canciones de Pignoise después de que una lesión truncase su carrera deportiva. Lo que perdió la hinchada madridista, lo ganaron los fans del punk pop con su debut de 2002, un festín de guitarras bulliciosas y melodías imparables. El salto al mainstream llegaría cuatro años después, cuando “Nada que perder” se convirtió en la sintonía de la serie televisiva Los hombres de Paco y estableció definitivamente un sonido inspirado en Green Day y blink-182 que también conectaba con el espíritu gamberro de Los Nikis y los primeros Hombres G. Sus álbumes más recientes tienen un tono (ligeramente) más maduro sin renunciar al placer de pisar el acelerador y no volver la vista atrás.