James Milne ha convertido Lawrence Arabia en uno de los grupos más fiables del indie australiano. Con un debut tan rotundo como Lawrence Arabia (2006), el cantante y compositor de Nueva Zelanda puso sobre aviso a la escena indie. En sus canciones se intuían influencias del rock californiano de los 70, de sellos independientes como Flying Nun Records o de los grupos de pop más psicodélicos de Estados Unidos. Su apuesta, un pop guitarrero, intenso y de alta gradación melódica, supone una visita obligada para los interesados en el indie de las antípodas de Oceanía.