En 1850, tras estar durante siglos bajo el dominio de Suecia y Rusia, Estonia vio surgir un cambio en la conciencia nacional de su gente. La era del despertar nacional estonio, como se le llamó, trajo el resurgimiento de la cultura y la lengua nativa de su pueblo. Musicalmente, personajes como Heino Eller elaboraron las bases de un estilo sinfónico propio, mientras que artistas como Cyrillus Kreek exploraron la canción tradicional con arreglos que apuntalaron la increíble reputación coral del país. En la actualidad, nombres como Arvo Pärt y Erkki-Sven Tüür mantienen a Estonia al frente de la música contemporánea, al igual que artistas nacionales como los destacados directores de orquesta, padre e hijo, Neeme y Paavo Järvi.