Hijos de la Tierra, el EP con el que conocimos a Nil Moliner, fue una de las mayores revelaciones del pop español de 2018. Y no solo por sus melodías luminosas y versos irresistiblemente vitales, sino porque las canciones del catalán sonaban más como las de un cantautor con una larga carrera detrás que del debutante que en realidad era. El secreto, claro, estaba en los años que había pasado dando conciertos en bares y enviando sus canciones a sus ídolos. Su primer álbum, Bailando la Batalla, salió solo un mes antes de un confinamiento, que nos ayudó a sobrellevar con himnos tan optimistas como “Soldadito de Hierro”.