Blanco y Dorao Pt. I

Déjame que te vea

Déjame entrar

He traí'o pañuelo, tabaco y pastilla pa' tu jaqueca

Sé que no te apetece na'íta, pero no puedo quedarme en la puerta

Déjame que por lo meno' te saque a paseá' a la perra

Te he fregao' el suelo y te he dejao' comida en la nevera

Yo tampoco tengo mucha fuerza, pero si

Tú me la lanza', yo tiro de tu cuerda

Tus heridas son las mías, acuérdate de la promesa

Juntas pa' siempre, hermana, en esta y en las que vengan

Hincaíta de rodilla' mirando pa'l frente

La muerte pellizca mi nuca y por eso sonrío siempre

Nuestras carne' lloran y luchan porque son superviviente'

Nuestros cuerpos e'cuchan por los poro' y se separan de la mente

Pero a mí sí que me importan tus carga' y tus mochila'

Las mías son las tuya' y las tuya' son las mía'

¿Qué me importa que esté' en el fango tocando fondo?

Si yo ya te he escuchao' llorá' como un fandango

Y rabiá' de dolor como el cante jondo

Déjame entrar

Déjame entrar y que te vea la cara

Conmigo estás a salvo

Conmigo estás a salvo

Conmigo estás a salvo

Nos robarán el pan, pero nunca nuestro perdón

Con mi rabia y con mi pena he forjao' una religión

Esta herida me ha enseña'o a honrá' también mi rencor

Ahora mismo, entre otras cosa', mi poder es mi dolor

He forjao' este credo pa' continuar mi sanación

Cógeme de la mano

Esta pena honda pasará, hermana, pasará