Mario Portillo / Rigoberto Campos

Allá en el rancho del Álamo, cerca de Badiraguato

Allá en el rancho del Álamo, cerca de Badiraguato

Hay un pequeño panteón a las orillas del río

Donde descansan los restos del joven Mario Portillo

A ese panteón de seguido, muy triste se ve llegar

A una muchacha de negro que flores le va a llevar

Y llora al pie de su tumba, sin poderse consolar

De Los Ángeles salieron él y su novia querida

Venían de comprar las donas, muy pronto se casarían

Pero al llegar a Obregón, el joven perdió la vida

En un carro Grand Marquis iba Rigoberto

Que lo venían escoltando

Cayeron en una trampa de grandes del contrabando

Con puros cuernos de chivo, comenzaron a tirar

Matando a Rigo al instante y a su guardia personal

Hiriendo a gente inocente que cruzaba el boulevard

Decían que había estado preso por ser narcotraficante

Y a los meses que salió, lo hallaron lleno de sangre

Le habían cortado los brazos por orden de un contrincante