En Julio se recae (feat. Julio Cortázar)

Nadie puede dudar de que las cosas recaen. Un señor se enferma, y de golpe un miércoles recae. Un lápiz en la mesa recae seguido. Las mujeres, cómo recaen. Teóricamente a nada o a nadie se le ocurría recaer pero lo mismo está sujeto, sobre todo porque porque porque porque

Recae sin conciencia recae como si nunca antes si nunca antes

Y no hablemos de las palabras, esas recayentes deplorables

Y no hablemos de las palabras, esas recayentes deplorables

El mero permanecer ya es recaída

El mero permanecer ya es recaída

En lo más recaído hay siempre algo que pugna por rehabilitarse, en el hongo pisoteado, en el reloj sin cuerda, en los poemas de Pérez, en Pérez. Todo recayente tiene ya en si un rehabilitante pero el problema, para nosotros los que pensamos nuestra vida, es confuso y casi infinito.

Infinito infinito infinito infinito infinito.

Pero nosotros, tía, ¿cómo haremos, cómo nos daremos cuenta de que hemos recaído si por la mañana estamos tan bien, tan café con leche, y no podemos medir hasta dónde hemos recaído en el sueño o en la ducha?

Cómo nos daremos cuenta de que hemos recaído

Cómo nos daremos cuenta de que hemos recaído

No toda recaída va de arriba a abajo, porque arriba y abajo no quieren decir gran cosa cuando ya no se sabe dónde se está. Porque arriba y abajo no quieren decir gran cosa cuando ya no se sabe dónde se está. Somos lo más que somos porque nos alteramos, salimos del barro en busca de la felicidad y la conciencia y los pies limpios.

Un recayente es entonces un desalterante

Un recayente es entonces un desalterante

Un recayente es entonces un desalterante

Un recayente es entonces un desalterante

¿No será ésa la respuesta, ahora que lo pienso? ¿no será ésa la respuesta, ahora que lo pienso? Tía, ¿no será ésa la respuesta, ahora que lo pienso? Tía, ¿no será ésa la respuesta, ahora que lo pienso?