El Árbol Parlante

Una semilla plantaste

Con amor y con cariño

Solo por un día,

Por un breve y tierno guiño.

Inocente nací,

De un pequeño amor surgí,

En la tierra hallé mi fuerza,

Pero tú ya no me diste vuelta.

Me pisaste, me olvidaste,

A mi suerte me dejaste,

De la lluvia y del sol

Crecí, me alimenté,

Y mis ramas extendí,

Frutos en mí florecieron,

Cimientos quebré,

Y a las alturas me elevé,

Los cables moví a mi manera,

Sin que tuvieras idea de mi espera.

Si tienes un árbol, dale agua,

Al buen entendedor, pocas palabras.

Lo que siembras hoy, mañana cosechas,

Recuérdalo siempre, la vida es una brecha.

Pero la vida dio vueltas,

Y sin hogar te quedaste,

Y a mis ramas te arrimaste,

Te protegí del sol,

Y te di aire fresco,

Y de mis frutos te alimentaste,

Soy el árbol fuerte del que todos se alimentan

No me rajo, no me caigo

Contra el sol y el viento y fuerte en la sequía

Alimento a mi raza y le lleno la panza.

Pero nunca preguntaste si alguna vez lloré,

Y la verdad así lo fue.

Mis lágrimas y sangre,

Resina y caucho hicieron

y aun de esto se satisfacieron.

No soy un árbol real, soy una persona,

Vivito y coleando en este mundo intenso,

Tengo corazón, tengo sentimientos,

Pero aún hoy si mis ramas calleran,

De mis brazos fuego hicieran.

Yo soy aquel que no espera nada,

Tengo todo

Soy el bendito de Dios en las alturas,

Contra el sol y el viento,

Fuerte en la sequía, soy tu sustento.

Si tienes un árbol, dale agua,

Al buen entendedor, pocas palabras.

Lo que siembras hoy, mañana cosechas,

Recuérdalo siempre, la vida es una brecha.