Nucci, Mané y Tilán

NUCCI, MANÉ Y TILÁN

|Cultura Valdivia

Tres chicas mágicas,

Nucci, Mané y Tilan,

hacen crecer las plantas:

-¡Ya verás cómo crecerán!

Tilán, Mané y Nucci,

Flor, Agua y Estela,

duermen en el museo,

cuando una se despierta.

-Escucha, ñaña Nucci,

yo acabo de soñar

con un valle muy, muy verde

y un río verdemar.

-Óyeme, Mané,

esto no fue un sueño,

así fue nuestro valle

hace mucho, mucho, tiempo.

Nuestra magia antigua

hacía que creciera

de cada semillita

una planta entera.

-Tilán, Tilán, ¡anda, despierta!

-¡Aaayyy!, ¿por qué me despertaron?

Estaba soñando que tenía piernas

y que bailaba la bomba.

-¿Verdad que tú recuerdas cómo era

nuestro valle?

-Claro, ¡cómo no me voy a acordar!

Pero eso fue hace mucho tiempo,

ahora, ahí no hay más que cemento.

-Donde antes crecía,

silvestre, la caña,

cantaba la rana

y volaba el pinzón,

hoy gritan bocinas

y rugen motores,

y mil chimeneas

crean polución.

-Los niños ignoran

la sombra de un

árbol

que sólo han visto

en la televisión.

-¡Pues, hay que

cambiar

esta situación!

-¡Sí, hay que cambiar

esta situación!

-¡Vamos!

-¡Primero, escapemos!

Dale Tilán, fractura

el cristal de la vitrina

con tu cabeza dura.

Las tres salen volando

por toda la ciudad

en busca de un poco

de tierra para plantar.

Tres chicas mágicas,

Nucci, Mané y Tilán,

hacen crecer las plantas:

-Ya verás cómo crecerán.

Tilán halla un tiesto

olvidado en un balcón,

y Nucci encuentra un campo

donde juegan al balón.

Mané, después de mucho,

muchísimo buscar,

a un niño se le instala

en el cuello sin lavar.

Y de repente crecen

algunas hojas verdes;

del balcón emergen

tallos y troncos fuertes.

Del campo de deportes,

un bosque colosal;

y de la camisa brota

un bellísimo rosal.

La ciudad, en selva,

pronto se ha convertido,

y entre las plantas ríen

con emoción los niños.

-Pssst, Nucci,

lo hemos hecho

nuevamente.

¿Viste como sí nos queda un

poco de esa magia?

- Es verdad, ñañita,

aunque me pregunto: ¿no

habremos exagerado un

poco?