Paz, Cuán Dulce Paz

Hay un himno muy antiguo, precioso que dice Paz, paz, cuán dulce paz Quiero pedirles que cerremos nuestros ojos Dígale conmigo: Señor, gracias por la paz de Dios Que sobrepasa todo entendimiento Que guarda nuestros corazones y pensamientos En Cristo Jesús Dice así: En el fondo de mi alma hay una dulce quietud Se difunde embargando mi ser Es una calma infinita que solo podrán Los amados de Dios comprender Paz, paz, cuán dulce paz Es aquella que el Padre me da Yo le ruego que inunde por siempre mi ser En sus ondas de amor celestial Paz, paz, cuán dulce paz Es aquella que el Padre me da Yo le ruego que inunde por siempre todo mi ser En sus ondas de amor celestial Levanta tus manos, levanta tu voz Y cántalo conmigo, es paz Paz, paz, cuán dulce paz Es aquella que el Padre me da Yo le ruego que inunde por siempre todo mi ser En sus ondas de amor celestial Yo le ruego que inunde por siempre mi ser En sus ondas de amor celestial