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Cabancito, cabancito, que vuelas por mi llanura
Por el cielo de mi llano, a tres mil metros de altura
Formando una rueda exacta que anuncia lluvia segura
Tú que conoces los rumbos, la sabana y su bravura
Dime dónde fue mi amor, la que quiero con ternura
Que se marchó una mañana en una cabalgadura
Por un terraplén reseco, pisando la tierra dura
Pisando la tierra dura
Sin respetar el vaho del río, su profundidad y su anchura
Dejando en mi alma un dolor, dos penas y una amargura
Mi aguereña dulcinea este mal me lo procura
Cuando voy tras de su huella con quijotesca locura
Los lomos de mi caballo no aguantan las peladuras
Su imagen se me aparece perdida entre la espesura
Perdida entre la espesura
Y al descubrir que su sombra huye por la noche oscura
Ingenuo tiendo mis brazos y no atino su figura
Y en la jaula de mi pecho mi corazón se tortura
Yo tengo celos del viento, celos de la agricultura
Celos de dónde se encuentre esa mujer buena y pura
Porque no faltan los pájaros ni hay guayaba madura
Cabancito, cabancito, en este llano murmuran
Que reposas por las tardes sobre una palma madura
Esperando la sequía pa' comerte la guarura
Pregúntale a mi sombrero cuántas son mis amarguras
Cuando resquiendo el celaje de esta imponente llanura
Buscando a mi amor perdido, que el alma me lo perdura
Pasando lunas y soles duermo sobre mi montura
Pues cuando me hallo dormido tengo más gloria y ventura
En cambio al estar despierto mi sufrimiento se apura
Por esto, mi cabancito, con alas de gran blancura
Llévale un mensaje mío al amor que me apresura
Quisiera hallar en tu pecho una llave bien segura
Para decirte el secreto que contiene tu hermosura
Llorando solo mi mal, la tristeza me captura
Si no me das esperanza, malhaya mi desventura
Malhaya mi desventura
Llegaré al Caparaparo a contemplarle su hondura
Sobre las indias arenas de una población de ardura
Y para aliviar mi pena voy a tocar la guarura
Gritándole al carroero que mi amor no tiene cura
