El país de al lado

No sirvo para nada después de las seis.

Me dan miedo las arañas, soy adicta al café.

Eché a correr y me caí, me han atado los cordones,

y no sé escribir canciones si no hablan de ti,

si no hablan de ti.

Hoy me crecen girasoles por la tripa,

Afrodita ahora sueña con ser vedette.

Ha robado las llaves del Panteón de Agripa,

va a llevárselo a La Elipa para abrir un burdel,

para abrir un burdel.

Ahora que vamos despacio, vamos a contar mentiras,

nos besamos en noviembre y nos perdimos en las ruinas,

y me veo casi a diario silbando una melodía.

Yo era Barbie de extrarradio, tú el actor que me quería.

He empezado la casa por el tejado,

no me gustan las burbujas del champagne francés.

He aprendido y he gritado cuando no me han pronunciado,

y me mudé al país de al lado para no volver,

para no volver.

Ahora que vamos despacio, vamos a contar mentiras,

nos besamos en noviembre y nos perdimos en las ruinas,

y me veo casi a diario silbando una melodía.

Yo era Barbie de extrarradio, tú el cabrón que me quería.

Y al final nos quedan huecos detrás del cristal,

y al final nos queda el tiempo de volver a empezar,

de saltar todas las vallas y salir por la ventana

de la mano de tu hermana por la puerta de atrás.