Pan

Él sabe que tiene para largo rato La sentencia en fija lo va a hacer sonar Y así entre cabreros, sumiso y amargo La luz de la aurora lo va a saludar Quisiera que alguno pudiera escucharlo Con esa elocuencia que las penas dan Y ver si es humano querer condenarlo Por haber robado ¡un cacho de pan! Sus hijos no lloran por llorar Ni piden masitas ni chiches, ni dulces ¡señor! Sus hijos se mueren de frío Y lloran, hambrientos de pan La abuela se queja de dolor Doliente reproche que hiere su hombría También su mujer En una mirada Toda la tragedia le ha dado a entender ¿Trabajar? ¿a dónde? extender la mano Pidiendo al que pasa limosna, ¿por qué? Recibir la afrenta de un ¡perdone, hermano él! Él, que es fuerte y tiene valor y altivez Se durmieron todos, casó la barreta Se puso la gorra dispuesta a robar ¡Un vidrio, unos gritos! ¡carreras! ¡auxilio! Un hombre que llora y un cacho de pan