Y No Fue Triste La Espera

Cuando el calor del verano despertó de su letargo

Después de haber pasado siete primaveras

Dicen que a la ermita blanca la vieron llorar de pena

Al ver cómo de pastoras se iba alejando su reina

Y verse sola y cautiva de nueve meses de espera

La marisma por ser sabia y por ser vieja

Quiso contarle una historia pa consolarle su pena

Antes de que tú nacieras

Si los males acechaban al monte se la llevaban

Por los caminos de arena y su favor suplicaban

Y al pasar los malos tiempos

Sintió la virgen de sus traslados nostalgia

Y cada siete años quiso que a su pueblo la llevaran

Una cigüeña del coto volaba cada mañana

Hasta la iglesia del monte pa ver lo que allí pasaba

Y era tan grande el fervor

Que en la iglesia no faltaba gente callada de rezar

Mostrando su devoción mientras sus cosas contaba

Y al encontrar su mirada volvía la aldea

Para contarle a la ermita

Que ella nunca vio a la virgen tan radiante de alegría

Al atardecer dejaba el nido calle la ermita

Y cruzaba las tres leguas una joven golondrina

Y a la ermita le contaba

Cómo se unían pa rezarle las más bellas de las aves

Las que de siempre cantaran a la mejor de las madres

Y cómo al llegar la noche

Ante su altar y en oraciones calladas

Hacían guardia a la señora pa que nada le pasara

La espadaña de la ermita por estar en lo más alto

Veía cómo a lo lejos al monte se iba adornando

Y emanaba de su rostro la más hermosa alegría

Cuando de reina salía

Y en un altar de almonteño a su pueblo bendecía

Que yo no puedo estar triste pensó la ermita

Si la virgen está contenta

Y no perdió la alegría y no fue triste la espera