Las Llamas del Ustrinum

Un anciano cansado y desgastado Su ocaso ha llegado De joven vio partir a sus hermanos Y encorvado, cual roble viejo y seco Marchito y fatigado La muerte está ante mí Febril la veo llegar Me siento vencido Y mis días puedo recordar Tiempos de paz Toda mi vida, nada vale ya sin luchar Dejando todo atrás Su destino es el fuego Y la luz que emanará A los vivos mostrará su final Agotado, me aferro a mi cayado Cobarde, avergonzado En vida no luché hasta la muerte Escondida, olvidada está su espada Oculta de su mirada Los días siente pasar La herrumbre no deja brillar Alzó la mirada y comprendió Que al morir, sin ser hombre de honor Sería pasto de las llamas En el altar En el Ustrinum se observó La nube blanca El fulgor de sendas ascuas Al dejar a sus cenizas volar en paz Dejando todo atrás Su destino es el fuego Y la luz que emanará A los vivos mostrará Dejando todo atrás Su destino es el fuego Y la luz que emanará A los vivos mostrará su final