La brisa de la mañana mece la verde palmera,
y el sol baña la pradera de oro, de plata y de grana.
Murmura el manso arroyuelo y va copiando en sus ondas
el verdor de nuestras frondas y el azul de nuestros cielos.
O le ro la, o le ro la.
Y el azul de nuestros cielos.
Y en el cubano bohio la vida también despierta
cuando el gallo siempre alerta lanza la ira de su cantío.
En la cocina de guano y de troncos de palmeras
hierve ya en la cafetera el rico y sabroso grano.
O le ro la, o le ro la.
El rico y sabroso grano.
Una pareja guajira sale cojida del brazo,
él la aprieta en su regazo, ella lo besa y suspira.
En el caballo galano parte el guajiro ligero
y se pierde en el potrero cantando un punto cubano.
O le ro la, o le ro la.
Cantando un punto cubano.
