A Veces

Ábreme las puertas del cielo,

quiero descansar de mis penas y abrazar a mi abuelo,

Creo que merezco la visa a una tierra sin tristeza,

siento que me explota la cabeza,

Agradecido estoy por tantas bendiciones,

y a la vez confundido por las maldiciones,

Recuerdo que hasta de rodillas di mis oraciones,

nunca te vi, pero sentí tus apariciones,

Dos lágrimas tatuadas en mi cara,

simbolizan que el dolor nunca se separa,

Quiero detener el mundo siquiera un segundo,

te quiero mirar, y respirar profundo,

A veces, pongo en tela de juicio tu existencia,

y luego doy inicio a mi penitencia,

Es que soy un ser humano que siente y padece,

no todo es lo que parece, ¿cuándo te apareces?

A veces, quiero ser un niño de nuevo,

a veces, quiero regresar y no puedo,

a veces, quiero alejarme de este planeta,

poder encontrar la felicidad completa,

Necesito que me laves con la sangre del cordero,

sí fuiste tú el que me amó primero,

Ya necesita un descanso este viajero,

meditando siempre al fondo el último pasajero,

Hoy no creo que pueda llegar al culto,

este dolor nunca se mantiene oculto,

Desde la niñez es que me persigue,

a veces siento que quieres que te mendigue,

Libre albedrío, me he metido en líos,

donde los míos están presos o fríos,

Jóvenes sufridos y marcados por la vida,

que han llegado a ti buscando una salida,

Mi madre llora y al mismo tiempo ora,

sabiendo que la vida de su hijo se evapora,

La cantimplora está vacía,

hoy dedico estas palabras para que la llenes tu mesías,

A veces, quiero ser un niño de nuevo,

a veces, quiero regresar y no puedo,

a veces, quiero alejarme de este planeta,

poder encontrar la felicidad completa,

Aunque ande en sombra de valle de muerte,

no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo,

tu vara y tu cayado me infundirán aliento,

aderezas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos