Viernes Noche

Nuestro refugio es la belleza,

un rojo de flor por la mano blanca,

lengua en el espejo,

calle de piedra vieja

y sangre al galope por el campo interminable.

La espalda al mundo

y la frente a la vida,

tu labio en el vidrio

y el vidrio en mi boca

siempre.

Hundir en saliva

la eterna derrota,

el segundo y el siglo entre tus piernas,

tus dientes firmando mis dedos.

El libro en la mesilla

y nuestro ruido en la cocina,

de nueces rotas y ventana abierta,

de viernes noche,

de nieve en la cima.