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歌词

EL MUNDO PARA EL OTRO
Como me despiste empezaré a quererte,
y sé por experiencia que de esas blusas no se sale.
De once varas, de once bares, de once
barras acabé colgado hasta que te vi rescatarme.
Con esa voz, me dijiste; “Ey, tú, cantautor.
¿Qué haces ahí sin mí? Tengo algo para ti...”
Y sacaste toda aquella artillería, me abrazaste los inviernos hasta hacerte con mi risa.
Te plantaste la primera de mi lista, de mis sueños por soñar, de mi lista de caricias.
Aún por untar, sin dueña hasta que te vi llegar y brillar.
Como me despiste curarás mis noches rotas,
los pespuntes de emergencia y los parches.
Que esto de cantar es solo un juego de mi ego
para ahuyentar las cicatrices y el desgaste.
Y estarás de acuerdo conmigo, que ya no es tan grave aquello de haber caído.
Que ahora este brillo que nos baña, es perfecto gracias a aquellas batallas.
Y me arrancaste toda herida del desastre, te llevaste los fantasmas, cada duda y cada fraude.
Me llenaste de cupones y cordura, de premiados con tu piel, con la suerte de tu arte.
Para hablar francés, pidiendo la vez o un piso en mi piel, bendito placer...
Como vuelvas a mirarme así no tendré más remedio
que robarte un beso y secuestrarte.
Que París se será pequeño y nuestro pueblo tan ciudad,
un ático o un loft en que cantarte.
Cada atardecer, que siempre lo supe, por tu piel.
Que estábamos hecho el mundo para el otro, y que a poco...
Que me lances tu chaleco salvavidas a este lado de la barra, te beberé sin preguntarte.
Y que a poco que me sigas la corriente estaré siempre a tu lado al de tus sueños sin fallarte.
Tú ya me has salvado, ahora mido algo más y soy envidiado.
Ahora déjame que te enseñe el mundo de mi mano, que ahora es tuya, siempre tuya, por contrato.
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