Cuando se rompe el corazón sentís un gran dolor en el pecho, sentís que algo te falta. Perdes el apetito, no queres comer nada y lloras la mayor parte del tiempo.

No podes dormir. Tu cabeza se llena de preguntas, dudas e ideas absurdas.

Sentís que el mundo se acabó para vos y querés respuestas.

No querés hacer absolutamente nada, porque nada te motiva.

Lloras una y otra vez hasta tener los ojos que no dan mas.