Mar de trigo

Mar de trigo, ronco viento,

Donde habita mi razón de ser.

Salen flores a su encuentro,

Ladra alegre, al verla, un chuquel.

Vino con la luna de enero,

De testigos unos huesos,

Olvidados contra la pared.

Ahora siento a pecho abierto,

Desde que note su peso, contra mi piel,

Esmeraldas en mi lecho,

Y el lucero qué en su cuerpo pudo crecer,

Me mantiene siempre ardiendo.

   

Canta al despertar, saluda a un día más,

Que ha venido y no se va a quedar,

Piensa, que ya no volverá,

Que el tiempo vuela,

Que los gusanos esperando están.

Remolinos en su pelo,

De sonrisas cada amanecer.

Aún me lloran los recuerdos,

Cuando me retorna su nacer,

Se resquebrajo el cemento,

Terciopelo su lamento,

De ceniza el manto de su piel.

Y me sangra en la memoria,

Los momentos de esta noria,

Miedo y placer,

En esta feliz historia,

Donde tuvo que haber gloria,

Los arruiné, los hice arder.

Canta al despertar, saluda a un día más,

Que ha venido y no se va a quedar,

Piensa, que ya no volverá,

Que el tiempo vuela,

Que los gusanos esperando están.