Una noche en la Isleta

UNA NOCHE EN LA ISLETA

Mi garganta pide agua fresca,

antes de empezar a cantar.

Recuerdos de una noche en la Isleta.

En la playa sonaba una guitarra flamenca,

buscando una luz entre la oscuridad.

La intención quemar la mala hierba.

El remedio beber y bailar.

Y la noche fue pasajera,

efímera, como es la belleza

cuando el sol nace en el vientre del mar.

Como pez dormido que la corriente se lleva,

miré tanto a los pájaros y de ellos llené mi cabeza.

Y la mañana limpia fue aclarando mis ideas:

vivir la vida como viene,

tener los pies firmes en tierra,

y no volar, cuando confundes el cielo y el mar.

Ahora que han crujido mis huesos

al ver que el tiempo va a cambiar.

Recuerdo la voz de aquellos viejos

sentaos en sus puertas, tomando el fresco:

“La mala siembra hace mala cosecha,

y los errores te enseñarán

a rebelarte ante la adversidad,… “.