La Cita

Con esa magia burlona, que trae desde a cuna, Va y viene de la luna, cada vez que se le entona. Quiere ser la faraona de ese pan recién hecho, Mañana un nuevo será su pecho el que nutra un nuevo verso, Que pequeño el universo que queda de eso el altecho. Viajando en un bosque gris, va cargada de energía, Sembrando su hechicería, llamando cada desliz, Ya no es ninguna aprendiz, es una ave que se eleva, Dispuesta a dejar su cueva, para ver profundamente, En su versión mas urgente, las noches de luna nueva. Mañanita de lluvia, tardecita soleada, Sabia como la luna, cantando la madrugada, No se aplaza la vida, No se precisa de calle, pa' amar al detalle Y poder cumplir con la cita. Alivianando su aliento, sin saber como perdura, Talvez libre de atadura el amor como sustento, Se transforma en un momento del presente a la raíz, Siempre fuera emperatriz encontrando en la simpleza, La verdadera belleza de abrazar su cicatriz. Mañanita de lluvia, tardecita soleada, Sabia como la luna, cantando la madrugada, No se aplaza la vida, No se precisa de calle, pa' amar al detalle Y poder cumplir con la cita. Mañanita de lluvia, tardecita soleada, Sabia como la luna, cantando la madrugada, No se aplaza la vida, No se precisa de calle, pa' amar al detalle Y poder cumplir con la cita. Con la cita, con la cita, con la cita.